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El camino de Santiago de Compostela

  • Foto del escritor: Última Plana
    Última Plana
  • 31 oct 2018
  • 3 Min. de lectura

Por Sara Moget



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El Camino de Santiago de Compostela es un peregrinaje católico que data de la Edad Media. El objetivo es llegar a los restos del santo Santiago el Mayor (hermano del apóstol Juan), situado en la catedral de la ciudad de Santiago de Compostela (España). La leyenda cuenta que la tumba estuvo olvidada durante mucho tiempo, hasta que, el 25 de julio de 813, una estrella indicó el lugar de esta a un ermitaño, Pelayo. Los peregrinajes empezarían gracias a Alfonso II, rey de Asturias y primero en hacer el Camino. Hombres y mujeres, ricos y pobres, marchaban a pie o a caballo a la tumba del Apóstol, deseando curarse de sus males y redimirse de sus pecados. Hoy la gente lo hace también en bicicleta. Hay muchos caminos que nos llevan al destino. A pesar de que sea un peregrinaje católico, no todos los que lo hacen son creyentes.


Los dos libros al principio de esta publicación son testimonios de personas que hicieron el Camino.

El primer testimonio es el de Alix de Saint-André, que hizo el Camino tres veces. En una entrevista que dio después de haber publicado su libro, cuenta que lo hizo una cuarta vez. Su testimonio es muy divertido y positivo. No parece lamentarse de las dificultades que encontró durante sus tres viajes sino de sentirse orgullosa de haberlas superado. Relata sus diferentes encuentros, lo que le aportaron y, sobre todo, lo que aprendió sobre ella misma.


Al contrario de el testimonio de Alix de Saint-André, el de Jean-Christophe Rufin es más llano y pesimista. Cuenta que durante su viaje no quería tomar apuntes sobre lo que le ocurría y vivir su aventura sin preocuparse de nada. Parece que al hacer esto, su relato pierde mucho sentimiento y espontaneidad. Se nota que intentó tratar de ponerse en el lugar de cuando le ocurrió lo sucedido. También se tiene la sensación de que, en lugar de buscar su propio camino, intentó imitar lo que tenía como idea del peregrino, una persona siempre sucia, cargada como un burro y con un dolor de pies infernal.


Hace siempre comparaciones con el Camino que hizo Alfonso II en la Edad Media sin aceptar que los tiempos han cambiado. Parece que huye de los encuentros con otra gente durante el Camino. Juzga a cada persona con la que se encuentra, como, por ejemplo, en el momento de recuperar su credencial (tipo de documento que atestigua el recorrido del peregrino), critica a unos ciclistas que hicieron el Camino sólo por estar limpios y depilados. Describe el ambiente de la ciudad de Santiago de Compostela de manera desagradable. Se queja de un gaitero. Dice que su música es una tortura y que la gente le deja monedas solo para que pare de tocar, cuando la gaita es un instrumento de viento típico de Galicia.


Lo positivo de su relato es que describe con detalle cada lugar por el que pasó (incluso si de nuevo, las descripciones son muchas veces negativas). Podemos imaginarnos fácilmente cada etapa.


Personalmente, todavía no he tenido la ocasión de hacer el Camino de Santiago, pero me gustaría mucho emprender ese viaje. Pienso que, a pesar de hacer encuentros con otras personas, permite encontrarse con uno mismo. Estoy segura de que me enriquecería y que sería una experiencia inolvidable. Nací en Suiza y tengo orígenes gallegos por parte de mi madre. Me gustaría hacer el Camino desde Suiza, donde nací, hasta Santiago de Compostela, para ir hacia mis orígenes y descubrir más rincones de un país que, a mi gusto, todavía no conozco lo suficiente.

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