Sueños de otoño
- Última Plana
- 20 dic 2019
- 1 Min. de lectura
Por Jorge del Cueto

Un tren que te lleva por caminos sombríos,
el lago está quieto, tranquilo, sumiso.
Paisaje de rojos, verdes, amarillos,
de cimas de hielo y cielos plomizos.
Tus ojos despiertan en un nuevo día,
pero tu cerebro no quiere, prefiere la alegría
de soñar un ratito, de vivir la utopía,
de perderme en tus brazos, de no sentir la vida.
Soñando con universos repletos de nada,
soñando con nubes que suben al alma.
Y allí estoy por siempre, contemplando tu mirada,
refugio de duendes, de faunos, de hadas.
Soñando con un mundo sin injusticias,
donde no exista el egoísmo, ni el odio,
tan creciente en nuestros días.
Que sólo fuera un mal sueño,
en medio de una noche fría.
Un mundo en el que el primer mandamiento sería,
Amarás a los libros, y el segundo,
Odiarás la ignorancia.
Con eso me conformaría.
En este horizonte infinito, sigo pensando en tu mirada.
Esa que me da felicidad, que me hace creer,
que me da esperanza.
Abres los párpados y observas las hojas cobrizas,
el vuelo de los pájaros, el sol entre la neblina.
Como una sinfonía de colores, de contrastes,
qué hermosura a tu alrededor!
Que belleza tan profunda,
la tierra en todo su esplendor.
El tren llega a su fin. Atrás quedó el gran lago tranquilo,
enfrente, los grandes gigantes blancos te observan con sigilo.
En este otoño, tan triste, tan bello, tan frío.






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