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Silencio áureo

  • Foto del escritor: Última Plana
    Última Plana
  • 5 dic 2018
  • 2 Min. de lectura

Por Aurora


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Tal vez sea tu pesimismo que te lleva, ser humano, a imaginar situaciones de peligro extremo, donde piensas en la vida y en la muerte. Tal vez sea esa dama funesta quien te empuja a reflexionar sobre tu mísera existencia. Tu fugaz existencia que te hace creer que eres inmortal.


Y, en efecto, fluyen las ideas... te sientes eterno. Piensas tener el control de todo, llevar a cabo acciones hercúleas, independientemente de las circunstancias. No imaginas que mañana puedes morir, dar tu último respiro... pues así es la vida : llena de imprevistos, de amargas y dulces sorpresas.


¿Por qué callas ?... ¡Responde ! No... Lastimosamente, no puedes imaginar tu fin. Tuviste que esperar que aquello sucediera... Vivir aquel vacío mental que te sumergió en un intervalo negro. Aquel minuto que te pareció una eternidad. Sí, estar en aquel tiempo suspendido de tu vacío funesto, de donde surgió él... el silencio. Silencio abismal, agobiante, tenebroso, asfixiante e interminable.


Te golpea entonces la verdad… la cruel verdad de tu impotencia. Sólo queda el instinto de supervivencia, movimientos corporales que ejecutas inconscientemente como títere. Resultas ser como cuerpo sin alma que trata de sobrevivir, de escapar… Y, allí, allí acecha el silencio frío, penetrante, cortante.


El tiempo estático. El humo negro. Los gritos desesperantes. La explosión ensordecedora. Los cristales quebrados. La fuga monstruosa. La luz cegadora del carro, ese monstruo de metal que embiste. El frio penetrante. El miedo aplastante. Pero… en tu mente, el vacío y el silencio invasor.


¿Qué estás haciendo ? ¿No ves el peligro que vigila como centinela de noche ? ¿ No ves el monstruo metálico arrollador? No, no… Miras a tu alrededor y caes en la cuenta de que frente a ti aparecen dos senderos. Ante tus ojos se presentan dos veredas, la una tan mortal como la otra.

Silencio cruel y visceral. Silencio vacío y atropellador. Silencio negro e invasor. Silencio mortal, a ti me dirijo : ¿Quién te permitió entrar ? Por qué lo invades todo sin frenar ? No, no has de ser un silencio final. ¡Ser efímero, aún fluye vida en ti ! Tu respiración y las palpitaciones de tu corazón son pruebas inteligibles de tu existir.


Sí, ha llegado el momento de que el manto nocturno ceda el paso a la hermosa aurora. Un nuevo comienzo resplandeciente se vislumbra. El astro solar te calienta con sus rayos. ¿Lo sientes, ser mortal ? ¿Sientes el aire puro y refrescante ? ¿Percibes aquellos hilos áureos que surgen con el levante de aquella estrella majestuosa y luminosa ? Un nuevo día va a empezar.


Vamos, siente el enlace de aquel ser divino que te protege y te guarda a cada paso que das en este largo camino que es la vida. Aprende a disfrutar cada momento como si fuera el último. Entonces, el silencio acechador dejará de ser mortífero y destabilizador… ¡Sal de ahí !… Sal de aquella oscuridad y levanta la mirada. Contempla aquel vasto horizonte de mil oportunidades afrontes.

 
 
 

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