Otra historia

Por Diana Marcela Valverde Mosquera

Quién dice que la historia es sólo una,

cuando las versiones son infinitas.

Yo por ejemplo digo que Eva no nació de una costilla,

digo que ella nació de cada ser que habita la tierra.

Dios tomó las naranjas y exprimió su ácido,

después tomó los árboles y extrajo la savia,

tomó el pelaje, de los tigres, los leones, las panteras,

los guepardos, los pumas, los lobos y lo unificó en su cabellera,

la asemejó a la luna para que juntas vivieran los ciclos en la tierra,

y con barro talló delicadamente cual alfarero las curvas más preciosas,

tomó el color cristalino del agua, el verde de las esmeraldas

y el café de los troncos para hacer sus ojos.

Reunió todas las aves del cielo y le modeló unas alas invisibles,

Las mariposas y le dio finura y hermosura,

Los volcanes y le dio carácter, los ríos y le dio alivio.

Y sólo tuvo que inventarle algo para que fuera perfecta,

le construyó un corazón, que latía con la más imparable fuerza,

le diseñó todo tan perfecto que parecía que había tardado

miles de años para hacerla y no, sólo se había tomado un día.

Era tan bella y prodigiosa, como la conexión de todo el conocimiento.

No había un ser más excelso y detallado,

creado a la semejanza de su perfección.