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La ovejita negra

  • Foto del escritor: Última Plana
    Última Plana
  • 15 mar 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 18 mar 2019

Por Sara Moget

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- Papá, ¿me puedes contar un cuento antes de dormir?

-Vale, mi niña. Te voy a contar la historia de Gerardo la ovejita negra.


Gerardo era una ovejita negra que vivía con su madre en una granja. Gerardo era la oveja más buena de la granja. Era alegre, obedecía a su madre y al granjero y se reía siempre.

El día antes de su cumpleaños, su madre le organizó una fiesta. Invitó a todas las ovejas de la granja para la merienda. Gerardo no paraba quieto. Se había ido a dormir temprano porque quería que ya fuese el día de su cumpleaños. A penas había amanecido que ya preguntaba la hora a su madre. “Dentro de poco, espera un poquito mi niño.”

A la hora de la merienda Gerardo estaba listo. Los globos estaban hinchados y las velas puestas encima de la tarta de cumpleaños, listas para estar sopladas. Gerardo esperaba y esperaba, pero nadie venía. “Llegaran pronto, llegaran pronto” le repetía su madre. Gerardo se quedó al lado de sus globos hasta que el sol se pusiera, pero nadie vino…

- ¿Lloras mi niña?

- Pero papá, ¿por qué nadie vino al cumple de Gerardo si era la oveja más buena de toda la granja?, le preguntó la niña a su papá con los ojos llenos de lágrimas.


-Nadie vino al cumple de Gerardo porque era de color negro, mi niña. Aprenderás de mayor que eso se llama discriminación. Lamentablemente mucha gente teme las diferencias y no las acepta, en vez de verlas como riquezas. ¡Son muy malas estas ovejas! Yo hubiera ido a su cumple y hubiera jugado toda la tarde con él, le respondió la niña ahora muy enfadada.

- Estoy muy orgulloso de ti, hija. Tienes que respetar a tus amigos y ellos a ti. Todos somos diferentes y es lo que hace de nosotros seres únicos. Desafortunadamente tú también serás víctima de desigualdad. Frente a la ley, en el mundo laboral y en otros ámbitos, las mujeres todavía no tienen una postura igual a la de los hombres. Tus abuelas y bisabuelas lucharon por más igualdad, pero la lucha no se acabó y nunca se acabará. Tendrás que seguir esta lucha. Tendrás siempre que estar orgullosa de ser mujer. No te olvides de eso, ¿vale?

- Vale.

- Te quiero hija.

- Yo también te quiero papá. Buenas noches.

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